El vocero del colectivo expresó las demandas de los manifestantes
Agencias/Elapogeoqroo
Tuxtla Gtz., Chiapas, 21 de abril de 2024. Cientos de indígenas mayas tzotziles se manifestaron el sábado exigiendo medidas contra el narcotráfico y una acción más enérgica por parte de las autoridades para abordar la violencia en Chiapas, estado del sur de México afectado por la lucha entre cárteles de la droga.
Pedro Velazco, vocero del colectivo Pueblo Creyente, expresó las demandas de los manifestantes, quienes exigieron el cierre de cantinas que supuestamente son puntos de venta de drogas y la implementación de una ley seca en todo el municipio de Chalchiuitán.
Los pobladores de Chalchiuitán, uno de los municipios más empobrecidos de Chiapas, denuncian el abandono del campo, la presencia de grupos paramilitares y la baja escolaridad entre los jóvenes, quienes optan por migrar hacia el norte de México, Estados Unidos o Canadá.
Entre sus exigencias, los manifestantes solicitaron el cierre de cantinas utilizadas como fachadas para la venta de drogas, asistencia para los desplazados por la violencia y justicia para los activistas indígenas asesinados.
Rufina Pérez, defensora de los derechos de las mujeres desplazadas, describió la angustia que enfrentan debido a la falta de acción por parte de las autoridades locales y estatales.
La protesta coincidió con la primera jornada de la gira en Chiapas de la candidata presidencial del oficialismo, Claudia Sheinbaum, quien visitó Tila, Chilón y Las Margaritas, ofreciendo apoyo a las comunidades indígenas.
El contingente estuvo mayormente compuesto por indígenas mayas tzotziles, incluyendo mujeres, niños y adultos mayores, quienes se congregaron en las afueras del poblado de Chalchiuitán con pancartas que clamaban por la paz y una vida digna.
La manifestación se desarrolló en medio de un aumento de la violencia en varios municipios de Chiapas, incluyendo Pantelhó, Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez, así como en el límite sur del estado.
Organizaciones civiles e indígenas han denunciado un clima de "guerra civil" exacerbado por conflictos armados, la presencia de cárteles del narcotráfico y el proceso electoral, lo que ha resultado en homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
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